En las fronteras de Ceuta y Melilla se cometen a diario graves violaciones de derechos humanos. Las conocidas devoluciones en caliente y devoluciones colectivas representan prácticas ilegales en las que el Estado español, en complicidad con la Unión Europea, vulnera los derechos de las personas migrantes, incluidos menores no acompañados. Desde EXMENAS, denunciamos estas prácticas y exigimos el cumplimiento de las normativas nacionales e internacionales que garantizan la dignidad y el respeto a los derechos humanos.
¿Qué son las devoluciones en caliente y colectivas?
- Devoluciones en caliente: Esta práctica consiste en devolver a personas migrantes de forma inmediata tras cruzar una frontera o en el intento de hacerlo, sin permitirles solicitar asilo o acceder a una evaluación individualizada de su situación. Es una violación directa de las normativas sobre protección internacional.
- Devoluciones colectivas: Se refiere a la expulsión de un grupo de personas sin revisar de manera individual sus circunstancias o derechos. Este tipo de deportación masiva está prohibido por la Convención Europea de Derechos Humanos y otros acuerdos internacionales.
Ambas prácticas violan el principio de no devolución y la prohibición de expulsiones colectivas, consagrados en tratados internacionales como la Convención de Ginebra de 1951.
Responsabilidad de España y Europa
España y la Unión Europea han externalizado el control de sus fronteras, delegando la gestión migratoria en terceros países como Marruecos, a cambio de acuerdos políticos y económicos. Esta estrategia no solo ignora los derechos de las personas migrantes, sino que permite que se cometan abusos fuera del alcance de la mirada europea. Frontex, la Agencia Europea de Fronteras, ha intensificado su militarización, reforzando la represión en las fronteras exteriores de la UE. Este enfoque securitario convierte a las personas que migran en víctimas de violencia institucionalizada.
Externalización de fronteras: Violencia, desplazamientos y abusos
Las consecuencias de esta externalización son devastadoras. En las fronteras de Ceuta y Melilla, así como en las costas cercanas a las Islas Canarias, miles de personas se enfrentan a la represión, detenciones arbitrarias y deportaciones forzadas. En Beni Ensar y Fnideq, en la frontera con Melilla y Ceuta, respectivamente, los migrantes, incluidos niños y adolescentes, son desplazados a zonas remotas de Marruecos, donde sufren condiciones inhumanas, torturas y trato degradante.
Además, la criminalización de la migración se ha acentuado. El uso de términos como «crisis» o «invasión» en los medios de comunicación alimenta la percepción de que la migración es una amenaza. Esta narrativa justifica el endurecimiento de las políticas migratorias y la violencia sistemática hacia quienes intentan buscar una vida mejor.
El impacto en menores no acompañados
Las políticas de devoluciones afectan de manera desproporcionada a los menores no acompañados (MENAS), quienes sufren las peores consecuencias de esta crisis humanitaria. Estos niños y adolescentes, en su intento de llegar a Europa, son sometidos a abusos, desplazamientos forzados y, en muchos casos, la muerte en rutas migratorias extremadamente peligrosas como la ruta canaria. Desde EXMENAS, denunciamos que estas devoluciones violan directamente la Convención sobre los Derechos del Niño, que garantiza la protección y el bienestar de los menores en situaciones de riesgo.
Denuncia y exigencia de justicia
Como organización, exigimos el cese inmediato de las devoluciones en caliente y las expulsiones colectivas. Instamos a que las autoridades españolas y europeas cumplan con la legislación vigente y respeten los derechos fundamentales de las personas migrantes y refugiadas. Las políticas migratorias deben centrarse en la dignidad y la humanidad, facilitando el acceso a rutas seguras y legales para evitar tragedias humanas como las que ocurren diariamente en nuestras fronteras.
Desde EXMENAS, nos comprometemos a continuar luchando por los derechos de las personas migrantes, especialmente los menores no acompañados, denunciando las violaciones sistemáticas que ocurren en las fronteras de Ceuta, Melilla y otros puntos de entrada a Europa. No dejaremos de alzar la voz contra la violencia y la represión que sufren quienes solo buscan un futuro mejor. España es responsable. Europa es responsable. Es hora de actuar.